jueves, 6 de agosto de 2009

¡Ciudadanos españoles!... ¡a la quiebra!

(PD) El informe del Instituto Nacional de Estadística sobre las insolvencias familiares y empresariales en el segundo trimestre de este año no deja lugar a duda sobre la profundidad de la crisis económica. Con un aumento del 173,7 por ciento respecto del segundo trimestre de 2009, los concursos de acreedores en empresas y familias demuestran que ninguno de los leves síntomas de mejoría que el Gobierno está exhibiendo afecta a la mejora de la economía real y productiva.

Los famosos brotes verdes se quedan en la superficie de las estadísticas macroeconómicas y de las efímeras consecuencias de los planes de obras locales.

La extensión del desempleo -coyunturas estacionales al margen- está aumentando el número de ciudadanos que no pueden atender sus pagos fijos de alquileres, hipotecas, préstamos personales y deudas similares.

Por otro lado, a la vuelta del verano se medirá la temporada turística y su impacto en las empresas del sector.
Siendo graves estos datos por sí mismos, sus efectos materiales empeoran con la situación de saturación que viven los juzgados de lo mercantil, creados precisamente para tramitar con diligencia estos procesos concursales y aminorar los perjuicios a acreedores y deudores.

Al prolongarse los litigios judiciales por estos estados de impago, se produce un efecto dominó, en el que el deudor concursado arrastra a sus acreedores a sus propias insolvencias. De 2007 a 2008, los procesos por concurso de acreedores aumentaron un 202,9 por ciento, según los datos oficiales publicados por el Consejo General del Poder Judicial.

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