sábado, 13 de marzo de 2010

Espacios naturales protegidos


Los espacios naturales protegidos españoles se han convertido en uno de los destinos turísticos más populares. Millones de personas los visitan todos los años.

Para disponer de un elemento de valor añadido que atraiga a más turistas, siete de estos parques han realizado un esfuerzo para lograr la Q de calidad. Este certificado garantiza que los visitantes se encuentran en un lugar que cuida los detalles y dispone de mayores comodidades y contenidos informativos y divulgativos.

Los responsables del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), el organismo que gestiona la Q de calidad, aseguran que los espacios naturales protegidos son "destinos turísticos de primer orden".

Para lograr el distintivo Q de calidad, el espacio natural protegido debe disponer de un sistema de gestión de la calidad documentado y actualizado que cubra y demuestre los requisitos contemplados por el ICTE.

La dirección del parque debe realizar un análisis de la situación de los equipamientos de uso público del espacio natural protegido y definir las medidas más oportunas para mejorar su gestión ambiental. De forma periódica, sus responsables deben revisar el nivel de cumplimiento de dichas medidas o buenas prácticas y redefinir las que no se hayan alcanzado.

En Andalucía, éstos son los Parques Naturales que cuentas con la Q de calidad:

Parque Natural del Cabo de Gata-Nijar (Almería): Fue el primer espacio marítimo-terrestre protegido de Andalucía. Es también Reserva de la Biosfera, gracias a su contraste entre los diferentes espacios marinos y terrestres y las numerosas especies exclusivas que alberga.

Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén): Su relieve escarpado y sus paredes rocosas, con picos como el de Empanadas y Cabañas con más de 2.000 metros de altitud, ofrecen unas vistas espectaculares. Su extensa red hidrográfica permite disfrutar de una gran variedad de flora y fauna, y realizar numerosas actividades, como paseos en barca, senderismo o contemplar el salto de agua de Chorro Gil. En su territorio viven algunas especies llamativas, como el águila real, o el buitre leonado, y exclusivas, como la violeta de Cazorla o la lagartija de Valverde.


Las calles más bellas de Andalucía


Granada: La Carrera del Darro (5/8)

No es una exageración. Pero posiblemente la Carrera del Darro sea una de las calles más bellas del mundo.

Une plaza Nueva con el paseo de los Tristes, y discurre en ligera pendiente paralela a las aguas poéticas del río Darro y a la colina de la Alhambra.
Frente a sus orillas, descritas por Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca con algunos de sus más iluminados versos, se despliega parte de la historia de una ciudad única a modo de extraordinarios y valiosos edificios monumentales.

Las casonas, los palacios, las iglesias y conventos que la Carrera acoge han escrito algunas de las más memorables páginas de la historia de España. Los callejones que nacen entre ellas trepan al barrio blanco del Albaicín, donde es necesario tomar altura para enfrentar los ojos a la paralizante belleza de la Alhambra.

Entre los monumentos más valiosos de la Carrera del Darro destaca la Iglesia de San Pedro y San Pablo y, justo enfrente, la Casa de Castril, donde aún resuena la leyenda del balcón cegado que lleva por sello Esperando la del cielo.


Alguna fauna de Doñana 1/2

Alguna fauna de Doñana 2/2

viernes, 12 de marzo de 2010

Las calles más bellas de Andalucía


Huelva: La Concepción (4/8)

Encajada entre la desembocadura de dos ríos y frente al Atlántico, Huelva tiene muy presente el Descubrimiento de América.

En la calle Méndez Núñez, germen de la ciudad acomodada y burguesa, se alza la iglesia de la Concepción, principio y fin de una vía urbana elegida entre los onubenses como una de sus preferidas para sus ociosos paseos.

La iglesia fue la segunda en ser levantada en la ciudad, después de que la de San Pedro se quedara pequeña para acoger a tantos feligreses. Hay quien asegura que este templo fue el primero de España en ser erigido bajo la advocación de la Inmaculada Concepción.

Su origen se remonta a principios del siglo XVI cuando Cristóbal Dorantes donó unos terrenos a la ciudad para edificar en ellos un templo católico. El terremoto de Lisboa de 1755 dañó su fábrica y su rehabilitación se prolongó durante buena parte del siglo XIX hasta cobrar la impronta que hoy posee.

La calle está salpicada de casonas señoriales, de comercios tradicionales y de un inquieto bullicio matinal que hacen de este rincón de la capital uno de los más sugerentes de cuantos posee.


Visitamos el Parque Nacional de Doñana

Parque Nacional de Doñana. Visitas Guiadas

jueves, 11 de marzo de 2010

El ministro Corbacho debería dimitir por vergüenza: no dice la verdad ni cuando se equivoca


El mismo señor Ministro que hace unos días nos recomendaba que nos hiciéramos un plan de pensiones privado y confesaba que él mismo tenía uno es el mismo señor Ministro que hace un mes decía que al PP no le preocupaba el futuro de las pensiones porque sus votantes tendrían un plan privado de pensiones y no se preocupaban de sistema público.

Es absolutamente vergonzoso el comportamiento de este ministro.

Desde nuestra página nos sumamos a la petición de que dimita cuanto antes y esperamos que los socialistas honestos, que los hay aunque no mandan nada en el PSOE, exijan que este ministro se vaya a su casa a ver si aprende a decir la verdad, aunque sea por error.

Lo que dijo hace un mes, el 9 de febrero fue esto: El PP tendrá pensiones privadas y por eso no se preocupa de las públicas. (Por Andalucía Libre)

Las calles más bellas de Andalucía


Córdoba: La Cuesta del Bailío (3//8)

Entre la plaza de Capuchinos y las faldas de la calle Alfaros está la escalonada Cuesta del Bailío.

Protegida por las buganvillas que caen desde el huerto de los Capuchinos, enmarcada por el palacio de los González de Córdoba que en la actualidad acoge la Biblioteca Viva de Al-Ándalus, este pintoresco rincón de la ciudad secreta constituye uno de los espacios mágicos de Córdoba.

Las escalinatas que salvan el desnivel entre plaza y calle llevan hasta una de las plazas más bellas de Andalucía. Sobria, silenciosa y recatada. Un poeta, Ricardo Molina, la definió como un «rectángulo de cal y cielo», y un arquitecto, Rafael de la Hoz, aseveró que «nunca jamás se había dicho tanto con tan poco».

Capuchinos y la Cuesta del Bailío resumen como ningún otro lugar de la capital la esencia más oculta de Córdoba. El aspecto de ambas se configuró entre los siglos XVII y XIX, con la compra de unos terrenos por parte de una serie de órdenes religiosas que dejaron en su centro un rectángulo empedrado en uno de cuyos laterales se alza el Cristo de los Desagravios y Misericordia, conocido popularmente como el Cristo de los Faroles.


Parque Nacional de Doñana 1/3

Parque Nacional de Doñana 2/3

Parque Nacional de Doñana 3/3

miércoles, 10 de marzo de 2010

Tras la pista de almorávides y almohades


Una ruta a través del pasado andalusí, de Algeciras a Granada, pasando por Cádiz, Jerez, Ronda y Vélez-Málaga.

Conocer la civilización hispano-musulmana que durante un tiempo habitó en Andalucía es posible gracias a las rutas de turismo cultural elaboradas por la Fundación Andalusí. Una de ellas propone seguir la pista de almorávides y almohades con un recorrido que une Algeciras y Granada con trayectos que discurren por Cádiz, Jerez, Ronda y Vélez-Málaga. Los almohades y almorávides fueron dos movimientos que forjaron grandes imperios en el norte de África y la Península Ibérica entre los siglos XI y XIII.

La ruta comienza en Algeciras y Tarifa, los puntos de partida del itinerario. Algeciras fue la primera ciudad en pasar a formar parte en el siglo XI de los almorávides, interesados por su ubicación estratégica. El camino se divide entre dos opciones: un primer ramal se dirige en línea recta hacia Ronda a través de los hermosos pueblos del Valle del Genal, mientras que el segundo se dirige a occidente hasta llegar a Cádiz y recorrer los municipios de Alcalá de los Gazules, Medina Sidonia hasta alcanzar la capital y de ahí introducirse en los pueblos blancos gaditanos: Grazalema, Zahara, Algodonales, Olvera, Setenil, hasta llegar a Ronda.

El camino continúa hasta Vélez-Málaga a través de Teba y Campillos, cruzando mesetas y campos de trigo. Teba se eleva en un cerro y cuenta con el castillo roquero de la estrella, una fortaleza cimentada en el siglo X. En el entorno de Campillos, el viajero puede disfrutar de la reserva natural de sus lagunas y desfiladero, así como las ruinas de Bobastro.

El trazado final de la ruta se aproxima a Granada, que fue la cabeza del dominio almorávide en Al Ándalus, a través del camino que conduce directamente desde la costa malagueña con parada en Vélez-Málaga, capital de la comarca de la Axarquía, que está coronada por el gran torreón de su Alcazaba. Alcaucín, Zafarraya, La Malahá y Las Gabias son el resto de municipios que atravesar hasta llegar al fin del camino: Granada.


El Imperio Almohade

Las calles más bellas de Andalucía


Cádiz: El Campo del Sur (2/8)

En el Campo del Sur, frente a los balcones coloniales, a espaldas de la Catedral, el oleaje rompe en las defensas del espigado paseo que recorre la cara atlántica de la ciudad.
Las saladas gotas de la mar salpican a los paseantes. Cádiz tiene una hermana de leche y sangre al otro lado del océano. Una hermana nacida de las mismas ideas, por los mismos hombres, amasada con las mismas inquietudes que dieron luz al siglo XVIII.

El Campo del Sur de Cádiz alumbra el mismo propósito que el Malecón de La Habana. La Catedral es hermana en proporciones y equilibrios a aquella otra que se yergue viejita y parda en el corazón de la capital de Cuba.

La calle Obispo de allí es la calle Sacramento de aquí. Su paseo del Prado, alfombrado por altivas palmeras, derrama similares sombras, gemelos aromas, idénticos olores a los que se respiran cada mañana en el parque gaditano de Canalejas, frente a la avenida del Puerto, al lado del trasiego de amarres, buques, mercancías y solícitos marineros que cada día llegan, como allí, a estas aguas surcadas por las mismas sirenas.


Creación, vida y biodiversidad

Parque Natural del Entorno de Doñana. Flora, fauna y lugares

martes, 9 de marzo de 2010

Las calles más bellas de Andalucía

Proponemos un paseo por el corazón histórico de las ocho capitales andaluzas, a través de ocho de sus más bellas e históricas calles.

Almería: El Paseo, rumbo a la mar (1/8)

Hubo un tiempo en que Almería fue uno de los más pujantes puertos de todo el Mediterráneo.

Fue bajo los gobiernos árabes de Al-Ándalus y de esos siglos nos queda la Alcazaba como el más inexpugnable bastión de aquella cultura.

A sus pies se despliegan los barrios de Almería, como pequeños pueblecitos formando una gran ciudad. La capital burguesa inventó en el siglo XIX un nuevo trazado urbanístico para dar respuesta a los gustos de una ciudadanía que de ningún modo quería quedar arrinconada en una esquina del mapa de Andalucía.

Nació así Puerta Purchena y El Paseo, que baja paralelo a la Rambla de Belén buscando el puerto, el Cable Inglés y la playa del Zapillo.

Árboles de generosas sombras flanquean un lado y otro de este bulevar romántico donde se alzan edificios de corte historicista, casonas señoriales de aliento regionalista y un sinfín de comercios de tentadores escaparates, junto a pubs, cafeterías, restaurantes de cocina tradicional y mercados donde cada mañana llega el mejor género del mar Mediterráneo.


La Cartuja de Granada


El monasterio de la Cartuja de Granada, uno de los hitos más renombrados del barroco español, se alza en unos terrenos donados en 1513 por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, junto a la acequia de Aynadamar, paraje poblado en tiempos del reino nazarí de almunias y residencias palaciegas.

Fray Alonso de Ledesma fue su primer arquitecto, pero en la Cartuja de Granada trabajaron otros artistas como Francisco Hurtado Izquierdo, autor del Sagrario; Luis de Arévalo y Luis Cabello, tracistas de la Sacristía; el cantero Cristóbal de Vílchez, que firmó buena parte de las obras de la iglesia, y Alonso de Ledesma, autor del claustro.

Una portada de estilo plateresco da entrada al compás del monasterio. Enfrente se erige la iglesia, sobre un cuerpo de escaleras de tres tramos. La portada del templo es neoclásica y está presidida por una talla de san Bruno, fundador de la orden de los cartujos.

La iglesia de la Cartuja, la joya del barroco granadino, empezó a construirse a mediados del siglo XVI, sufrió largas interrupciones y no quedó concluida hasta finales del siglo XVII. Está dispuesta en una sola nave, ordenada en tres partes. La primera, a los pies del templo, destinada al pueblo; la segunda, para los legos, y la tercera para los monjes cartujos. Dos retablos churriguerescos con sendos lienzos de Sánchez Cotán y una puerta de cristal, conchas, marfil, plata y ébano separan el espacio destinado a acoger a legos y monjes.


La importancia de la biodiversidad

Fundación Biodiversidad

lunes, 8 de marzo de 2010

Trebujena (Cádiz) y la última curva del Guadalquivir


Trebujena está sobre un cerro, sobre uno de los pocos cerros que reinan en esta zona falta de aristas.

Los que aquí construyeron su primera casa sabían lo que hacían. Hace muchos años el paisaje plano que se extiende por los pies descalzos de Trebujena era rancho de marismas, tierra húmeda y pantanosa que ensanchaba sus brazos hasta las mismas orillas del Guadalquivir, confundiendo los paisajes, los límites y los cauces.

De aquel mar interior no queda nada, apenas unos charcos ovalados que se secan con la llegada de la primavera. Resulta conmovedor recordar que hubo un tiempo en que toda esta región fue un ancho piélago cultivado, desde más arriba de Lebrija hasta las puertas de Sanlúcar, cercado a las curvas del río mayor de Andalucía.

El camino que sube a Trebujena está sembrado de cepas jóvenes. A la entrada del pueblo hay una cooperativa vinícola. Una alameda de árboles gatea hasta una calle mayor donde se erigen casonas de cierto postín. Sus fachadas son de un blanco puro, las puertas son anchas y altas, y las ventanas están cerradas con rejas de hierro que nacen de la misma acera.

La plaza de Trebujena es soleada. En torno a un rectángulo crecen unas cuantas palmeras que sombrean a la caída de la tarde la iglesia de la Purísima Concepción. La iglesia fue levantada allá por el XVIII. Está toda encalada, limpia, exenta de artificios; el campanario tiene un aire muy vivo, un movimiento muy grácil y ligero en mitad de los vientos.

A un lado se abre una puerta barroca, más antigua, restaurada no hará mucho. La puerta se llama del Perdón y está fechada en 1624. Por dentro, el templo de la Inmaculada es sencillo, franco, proporcionado a las medidas del pueblo labriego. Tiene capillas comedidas, altares pequeños, imágenes modestas, perfumadas con flores frescas, envueltas por la oración de las viejas y el humo del incienso.

Las calles que trepan hasta lo alto del pueblo terminan en una plazoleta mínima donde se sienta la ermita de Nuestra Señora de Palomares. Trebujena se acaba manzanas más allá, entre cocheras abiertas, corrales y patios con puertas falsas.


La biodiversidad

El agua y los seres vivos

domingo, 7 de marzo de 2010

Hornos de Segura: Singular tipismo


La Sierra de Segura está salpicada de localidades de singular tipismo.

Hornos de Segura, que está declarado Conjunto Histórico Artístico, debe sus encantos a la arquitectura popular que se prodiga por sus calles y plazas. En la Plaza del Ayuntamiento, a la sombra de la iglesia parroquial, hay un mirador desde el que se advierte una de las panorámicas más bellas del parque. A sus pies están las colas del Pantano de El Tranco y sobre él las cumbres tapizadas de grandes bosques de pinos.

La localidad serrana, una de las más pintorescas de la provincia de Jaén, ejerce de vigía a un mar interior encajonado entre altos valles y bravías cumbres. El pantano de El Tranco, construido a mediados del siglo XX, es uno de los mayores de Andalucía. Sus aguas regulan la cuenca alta del río Guadalquivir. En mitad del embalse despunta la isla de Bujaraiza, donde descolla un castillo de época árabe. El pantano, ubicado en la Sierra de Segura, es utilizado ocasionalmente para la práctica de deportes náuticos.

Las carreteras que bajan desde Hornos buscando los pies del valle conducen hasta el Centro de Interpretación y Recepción de Visitantes de la Torre del Vinagre. Ocupa un edificio en roca a un lado de la carretera que divide en dos el valle alto del Guadalquivir. En él, además de una oficina de información turística, se exhibe una exposición permanente sobre naturaleza, botánica y fauna de este parque de 214.000 hectáreas. Una de las salas está dedicada a un Museo de Caza donde se muestran trofeos, cornamentas y piezas de taxidermia de los numerosos animales que pueblan este espacio natural protegido. En el exterior del centro hay un jardín botánico con los endemismos más singulares de este lugar.

Hornos es síntesis de la mejor arquitectura tradicional de la Sierra de Segura. La Iglesia de la Asunción es de construcción sencilla y gran belleza, interesante muestra entre el gótico y el primer renacimiento. Destaca su portada, una de las primeras muestras del plateresco provincial y el retablo donado en 1589 por Juan Pérez de Avilés. Sobre los riscos de la localidad se alza el castillo, asentado en el crespón más elevado de la villa. La fortaleza medieval, testigo de batallas y escaramuzas, tiene torre del homenaje, patio de armas y tres torreones, siendo una de las atalayas más inexpugnables de la comarca segureña.



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Hornos de Segura (Jaén). Cueva de la Morciguillina

Contaminación del Agua

Contaminación del agua, un grave problema