sábado, 15 de mayo de 2010

Por primera vez en 32 años, el pantano más grande de Andalucía se llena


Por primera vez en 32 años y gracias a Dios y a la Naturaleza, que no a la Junta de Andalucía, Andalucía forma parte de la España húmeda y abandona su lugar tradicional en la España seca.

Hay un pantano andaluz, el más grande, que hacía 32 años que no se llenaba. Es el pantano de Iznájar (Córdoba), que tiene una capacidad de casi 1.000 hectómetros cúbicos.

Pues tras las últimas lluvias torrenciales en buena parte de la Andalucía occidental, el nivel de sus aguas ha logrado que esté a un paso de llenarse del todo.

Es algo que no sucedía desde 1978. En sólo dos meses, su volumen de agua embalsada se ha multiplicado por cuatro.


Desembalse del Iznájar

El lobo III

El lobo IV

viernes, 14 de mayo de 2010

El lobo I

Sevilla: paraíso de las especies


En este Año Internacional de la Diversidad Biológica, los humedales de la provincia de Sevilla son un referente de desarrollo sostenible.

Antiguamente se consideraban los humedales y marismas como zonas improductivas, fuente de insectos y podredumbre, pero esta visión y la realidad han conseguido que hoy sean considerados como ecosistemas de elevado valor ambiental, económico, cultural y social.

2010 ha sido nombrado como Año Internacional de la Diversidad Biológica y, a raíz de esta designación, la delegación provincial de Medio Ambiente ha realizado un informe sobre la importancia de los humedales de la provincia de Sevilla, muchos de los cuales, situados en torno al río y Doñana, se ubican dentro del área metropolitana.

En la provincia hay 33 zonas húmedas inventariadas, de las que 23 son Espacios Naturales Protegidos. Éstas se concentran en dos grandes zonas: las marismas del Guadalquivir y la Campiña. Las primeras son espacios fundamentales para la conservación de la flora y fauna silvestre, como el Espacio Natural de Doñana, el Brazo del Este -declarado humedal de importancia internacional-Ramsar-, la reserva natural concertada Dehesa de Abajo y buena parte del espacio protegido del Corredor Verde del Guadiamar.

En cuanto a las lagunas de la Campiña, su importancia para la biodiversidad radica en que se trata de lagunas diseminadas entre extensas áreas de cultivo. Entre éstas, destacan las reservas naturales del Gosque, en Martín de la Jara y el complejo endorreico de Lantejuela, con lagunas como la Ballestera y Calderón, ambas en el término municipal de Osuna. Ya en las proximidades del Guadalquivir se localiza el complejo endorreico Lebrija-Las Cabezas, de gran importancia para la conservación de aves, propuesto para ser declarado humedal de importancia internacional Ramsar.


El lobo II

jueves, 13 de mayo de 2010

Secretos de Júzcar


Aquí se estableció la primera fábrica de hojalata en España. Unos químicos alemanes trajeron la fórmula para obtener la aleación.

Los ingenieros Pedro Menrón y Emerico Dupasquier salieron de Suiza camino de España en 1731 para enseñar a doscientos obreros andaluces las técnicas de la fundición de la hojalata.

Los ingenieros viajaron hasta el sur de Europa acompañados de barriles fuertemente custodiados, que a principios de aquel año habían salido de Alemania de manera clandestina. Los barriles contenían las fórmulas químicas para la obtención del metal, técnicas que estaba prohibido divulgar fuera de aquel país para evitar la competencia.

Aquello representó un acontecimiento social, político y económico de dimensiones nacionales. Júzcar, que era un pueblo hundido en el corazón del valle malagueño del Genal, postrado en la ladera de un caudaloso río, víctima de la herrumbre y el olvido, conoció tiempos de holgura y prosperidad.

Los ingenieros suizos encontraron el valle del Genal como el lugar idóneo para las actividades de la fábrica. La cubierta forestal que tapizaba estos parajes era imprescindible para la obtención del carbón vegetal con la que fundir el metal. La hojalatería echó a andar a mediados de 1731.

La fábrica, que se levantó a orillas del Río Genal, poseía un cuarto secreto, pequeño y celosamente vigilado donde se llevaba a cabo la técnica del estañado. De aquel lugar nunca salió la fórmula para obtener hojalata. (El Mundo)


Búhos, cazadores silenciosos 5/6

Búhos, cazadores silenciosos 6/6

martes, 11 de mayo de 2010

Córdoba: Entre la Corredera y las Tendillas


Dos de las plazas más señoriales, barrocas y burguesas de Córdoba han sido testigos de algunos de los episodios más memorables de la historia de la ciudad.

Alejadas de los barrios viejos, en aquellas zonas urbanas donde la capital comenzó a crecer a partir del siglo XVIII, La Corredera y Las Tendillas son hoy el salón de estar de los cordobeses cuando la primavera se cuela por el Guadalquivir sin previo aviso.

La Corredera es un rectángulo castellano y noble, adusto y serio que en días de fiesta, hace muchos años, servía de coso taurino. Es como una plaza mayor del norte, como un hemiciclo ordenado y pulcro, sentado en torno a 61 arcos de donde nacen tres plantas con ventanas iguales, puertas iguales y balcones iguales. La plaza está desnuda y no hace mucho que colocaron en ella un puñado de farolas muy modernas que no gustaron demasiado al vecindario.

Claudio Marcelo, que es la calle más aristocrática y señorial de Córdoba, une la Plaza de las Tendillas con el Templo Romano. El yacimiento arqueológico está al lado del Ayuntamiento, en una encrucijada de calles, desafiando los años y los siglos, en un afán por mantener vivas y en alto las columnas que hace dos milenios sostuvieron aquel tabernáculo de adoración y divinidad.

A mediodía, en las Tendillas, es norma tomar un chato de vino en la taberna de El Correo. Cuestión de tradiciones.

Claudio Marcelo es una calle hermosa y recta, perfumada cada primavera por el azahar, de edificios nobles, historicistas, modernistas y neo-mudéjares, crecidos al amparo de la vieja aristocracia de principios del siglo XX. Claudio Marcelo desemboca en una plaza ancha y luminosa, muy urbana y cosmopolita. En ella Córdoba se hace una gran ciudad. De su centro nace una escultura dedicada al Gran Capitán. (El Mundo)


Búhos, cazadores silenciosos 3/6

Las orillas de Doñana


Doñana encierra demasiados encantos como para conocerlos en un solo día.

Pero si no disponemos de tanto tiempo conviene priorizar. Un buen modo de entender el valor que encierra uno de los parques nacionales más valiosos de Europa es visitando el Parque Dunar.

El Parque Dunar se extiende a lo largo y ancho de ciento treinta hectáreas protegidas, situadas en el entorno de Doñana, al lado de la localidad costera de Matalascañas. El parque toma asiento en un sistema de dunas, fijadas por un valioso bosque de pinos y matorral atlántico y abierto al océano.

El valor ecológico del bosque de pinar, como asiento de la tierra, y la vegetación baja es el hogar de decenas de vertebrados e invertebrados, de pequeños mamíferos y aves que buscan la proximidad de las aguas saladas y las zonas de sotos para guarecerse y reproducirse.

A la sombra de los pinares discurre el sendero peatonal que conduce al Museo del Mundo Marino. Es un delicioso paseo sin apenas desniveles, de unos 700 metros. Atraviesa la zona baja del parque y deja a un lado y a otro un muestrario botánico de excepcional valor donde destacan los helechos y los enebros costeros.

El museo es una notable obra de arquitectura. Su forma ondulada, el uso del hormigón y las planchas metálicas son una metáfora de la naturaleza que lo rodea. Su interior cobija, además de un área de recepción y una tienda de libros y merchandising, cinco salas temáticas, una sala polivalente y una sala audiovisual. (El Mundo)


Búhos, cazadores silenciosos 4/6

lunes, 10 de mayo de 2010

Andújar y Montoro hermanadas por el Guadalquivir


Treinta y cinco kilómetros las separan. Y sin embargo parecen ciudades hermanas. Andújar y Montoro se hallan en los límites entre las provincias de Jaén y Córdoba.

Tienen en común algo más que las aguas del Guadalquivir. Las dos resumen la esencia urbana de la Andalucía alta.

A la altura de Andújar y Montoro el Guadalquivir es aún un río joven e inexperto. Vive de las crecidas, de las épocas de lluvia y estío, y su caudal no es el mismo a lo largo del año. Pero esta primavera el río mayor de Andalucía baja exultante y caudaloso a su encuentro con Córdoba, la primera gran capital que encuentra en su camino hacia el sur.

Hasta llegar a ella las aguas del Guadalquivir habrán de atravesar un paisaje de lomas suaves y vegas anchas, donde los olivos acarician las orillas y la sierra se encrespa hacia el norte y la campiña hacia el sur. En este encuentro hay dos ciudades que parecen paridas por la misma madre. Andújar, aún en tierras de Jaén, y Montoro, ya en Córdoba.

Andújar

La autovía de Andalucía discurre paralela al Guadalquivir y deja a un lado la ciudad de Andújar. Un puente romano comunica las dos orillas. Una madeja de alamedas y avenidas conduce hasta el centro de la ciudad. La plaza de España tiene un aroma muy andaluz. Los naranjos brindan sombras en los días soleados. Las casonas lucen todo su boato en sus acicaladas fachadas. Las puertas de la plaza se abren a modo de arcos triunfales frente al ayuntamiento que primitivamente acogió una casa de comedias. A su lado se yergue la iglesia de San Miguel.

Montoro

Desde la autovía Montoro no se distingue. La ciudad queda atrás, a los pies de una empalizada alfombrada de olivos. Un camino curvo conduce a un altozano. De pronto, recostado sobre un cerro lunar, ceñido por el río turbio de la mañana, Montoro aparece con su caserío de moradas blancas, tejados árabes y callejas tintadas de un rojizo cárdeno que identifica las calles y las plazas, las espigadas alamedas y las avenidas que se adentran hasta los barrios viejos. (El Mundo)



Montoro

Búhos, cazadores silenciosos 1/6

Búhos, cazadores silenciosos 2/6

domingo, 9 de mayo de 2010

Las garras del terror 5/6

Más de 560.000 aves cruzaron el Estrecho de Gibraltar en 2009


Durante 2009 se contabilizaron más de 560.000 ejemplares de aves durante su paso migratorio por el Estrecho de Gibraltar.

Informó la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía durante la presentación de la nueva edición del Programa Migres para el seguimiento anual de las aves migratorias en su camino hacia África a través del Estrecho de Gibraltar.

El Programa, coordinado por la Fundación Migres, tiene como principal objetivo el conteo directo desde distintos observatorios de la migración de aves en esta zona. De esta manera, "pretende contribuirse tanto a la conservación de estas especies y del hábitat que atraviesan en sus rutas de desplazamiento, así como a la difusión pública de la importancia de este fenómeno", señaló la Consejería andaluza.

Este año se realizará también el seguimiento de aves marinas y costeras.

Durante el desarrollo del Programa se han previsto nueve turnos entre los meses de julio y noviembre, con una duración de dos semanas cada uno, tanto para el seguimiento de las aves planeadoras como para el de marinas.

De esta forma, el primer conteo se realizará del 19 de julio al 12 de octubre en seis turnos, mientras que el segundo tendrá lugar del 11 de octubre al 23 de noviembre en tres.


Las garras del terror 6/6