(PD).- PSOE y PP han enfocado estos comicios claramente en el plano nacional, con la vista en la crisis económica. El escenario que más teme el partido de Zapatero es una amplia victoria de los populares que ponga en riesgo la legislatura. Dan por bueno hasta un empate, incluso, una derrota por la mínima. Los de Rajoy necesitan una victoria y clara, que refuerce el impacto de las gallegas y abra el camino hacia La Moncloa en 2012.
En realidad, sólo hay cuatro escenarios:«Gana el PSOE y pierde el PP: un gran desastre para Rajoy. Empatan PSOE y PP en escaños con una ligera ventaja para los socialistas: un desastre para Rajoy. Gana el PP por uno o dos escaños, y en torno a dos puntos: suficiente para Rajoy pero no definitivo. Gana el PP por más de cinco o seis puntos y por encima del medio millón de votos: desastre para el PSOE y Zapatero se tiene que empezar a preocupar».
El PP, donde Rajoy se juega su liderazgo si obtiene un mal resultado, ha visto en la convocatoria de hoy una ocasión para asestar un golpe seco al Gobierno de Zapatero que, si no lo derriba, al menos lo desestabilice en plena crisis.
Eso, sumado a la debilidad parlamentaria, haría mucho más eficaz su oposición.
Rajoy se juega mucho más que Zapatero en la convocatoria electoral de hoy: está en la oposición, tiene problemas internos, y si pierde estas elecciones, en las que se ha volcado como si fuera el candidato, los críticos a su liderazgo reaparecerán con dureza.
Pero el presidente del Gobierno también sabe que con una derrota clara, los próximos meses serán políticamente un infierno para él con la vista puesta en las municipales y autonómicas de 2011.
Además, coincidirá con la presidencia española de la UE que arranca en enero de 2010. Por eso, además de ganar o perder, todos están atentos a la diferencia entre los dos y a la abstención, gran protagonista de estos comicios.
MALAS SENSACIONES DEL PSOE
Las últimas sensaciones del PSOE no son nada buenas. Los socialistas admiten que ven muy difícil su victoria, pero insisten en qye tampoco habrá un triunfo holgado y amplio del Partido Popular. Paradójicamente, se aferran a la idea de que habrá una participación menor que el ya pírrico 45% que se alcanzó en 2004.
Es sintomático que el candidato popular, Jaime Mayor Oreja, haya emergido de la campaña mucho más entero y fuerte que Juan Fernando López Aguilar. El cabeza de lista del PSOE lo ha dado todo y se ha empleado a fondo, pero, al igual que al partido, se le ha notado en todos estos días nervioso, con ansiedad vital y no demasiado centrado en la esencia de lo que debe ser una campaña electoral.
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