Los felinos serranos pasan de 60 a 149 ejemplares en tan sólo seis años.
En octubre de 2007, lo imposible ocurrió. Unas cámaras captaron varios ejemplares de lince en un paraje del sur de Castilla-La Mancha, en Ciudad Real. Hacía una década que no se les veía tan al Norte. Se cree que algunos de aquellos ejemplares procedían de Andalucía, de las estribaciones de Sierra Morena. Allí, los felinos se empeñan en sobrevivir.
Repartidos entre Jaén y Córdoba, en los núcleos de los ríos Yeguas y Jándula, se encuentra el único hábitat, junto con Doñana (Huelva), en el que permanecen. Y su lucha contra la extinción parece estar dando resultados. Su número ha aumentado considerablemente desde que se iniciaron los censos y los trabajos de protección.
Si en 2002 se contabilizaron alrededor de 60 ejemplares en Sierra Morena, en 2008 alcanzaron los 149. En Doñana, el otro gran centro donde sobreviven a duras penas los linces, su cifra se ha estabilizado en unos 50.
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