martes, 31 de mayo de 2011

Un paseo por el Corredor de Jabalcuz


El Corredor de Jabalcuz es uno de los senderos más codiciados para caminantes y aficionados a la bicicleta de montaña de cuantos rodean Jaén.

El trazado une la capital con Los Villares, situada a una decena de kilómetros, por paisajes de gran belleza, sierras de severa altura, bosques y umbrías y balnearios románticos que hace décadas constituyeron el delicioso retiro de la burguesía local.

El camino comienza en uno de los extremos del barrio de la Glorieta, situado al sur de la ciudad, a espaldas del castillo de Santa Catalina y próximo al parque del Seminario, otro de los pulmones verdes de la capital.

El corredor está señalizado y su grado de dificultad es baja, al menos en su primer tramo hasta la colonia de Jabalcuz.

Los primeros dos kilómetros discurren paralelos a la carretera comarcal que une Jaén con Los Villares y Valdepeñas de Jaén. El caminante y el ciclista dejan a un lado el lavadero y la ermita del Cristo de Chircales y encaran un sendero pavimentado donde el artista local José Ríos ha ubicado algunas obras escultóricas.

Destacan un marco en metal cuyo motivo central es el paisaje que se divisa a lo lejos, altas montañas que conforman la puerta de entrada a la Sierra Sur.

El corredor discurre a un lado de la cantera de donde se extrajo la piedra que levantó los principales monumentos de la capital y de sus alrededores, entre ellos la Catedral, joya del renacimiento andaluz.

El sendero encara una subida hasta un valle cerrado en uno de cuyos lados se halla Jabalcuz, la montaña, el balneario y los románticos jardines. (El Mundo)




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