sábado, 25 de diciembre de 2010

Los reyes del Golfo de Cádiz


Las gambas y los langostinos son especies muy comunes en el mundo y un recurso infalible para alegrar las mesas de Navidad.

Pero no todo lo que podemos encontrar en el mercado es de la misma calidad. Hay gambas y langostinos corrientes, casi insípidos y luego están las gambas de Huelva y los langostinos de Sanlúcar de Barrameda. Algo superior. Y el Golfo de Cádiz es el privilegiado caladero para sus capturas.

La buena gamba es esencialmente un producto atlántico, aunque en la zona del Mediterráneo también se capturan ejemplares notables. Las diferencias entre ellas proceden del tipo de alimentación que varía según la profundidad en la que se encuentran entre 180 y 450 metros en el fondo del mar donde su carne se vuelve más tersa y musculada.

La gamba andaluza con pedigrí es la gamba blanca de Huelva, que también se considera de mayor valor gastronómico y económico. Se distingue de la del Mediterráneo por mostrar un color más rosado.

Los ejemplares más grandes pueden alcanzar los 15 centímetros y mejor manera de disfrutar su sabor es cocida, aunque es importante encontrar el punto y no pasarse para que no pierda sabor y tersura. También se saborean a la plancha o en guisos, pero su sabor se difumina.

Los langostinos llevan el obligado apellido de Sanlúcar cuando se está en Andalucía.



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