viernes, 24 de septiembre de 2010

El Museo Lara de Ronda


El Museo Lara presume hoy de ser la colección de antigüedades y objetos insólitos más importante de España.

Basta con visitarla para atestiguar tan categórica proclama turística. El museo es un espacio con infinidad de objetos, donde, paradójicamente, nada chirría. Lara ha querido dotarlo de una pátina muy cultural, de modo que el mundo de las artes, la ciencia, la arqueología, la comunicación o las costumbres populares se abordan de una manera muy seria.

A lo largo y ancho de sus dos plantas hay salas para todos los gustos. La sala de Relojes puede que sea la más valiosa de todas. En ella se exponen relojes-joyas del siglo XVIII y XIX que hoy en día no se retrasan un sólo segundo. La maquinaria era traída de Suiza, de los mejores maestros relojeros.

Miniaturistas los pintaban luego por encargo de personajes de la aristocracia de la época. La sala de Armas muestra estuches de duelo, trabucos de bandoleros y un insólito rifle de siete cañones que los capitanes de navío llevaban consigo para disuadir de posibles motines.

Hay otras salas con instrumentos científicos y una especialmente dedicada al período romántico. En ella se exponen abanicos dieciochescos, porcelanas decimonónicas y una completa colección de cristal de La Granja.

Abajo, en los sótanos, hay una bodega donde destacan útiles y enseres que forman parte de la memoria popular de los pueblos andaluces. En ella se ha instalado la sala dedicada a la tortura, a las máquinas utilizadas por la tétrica inquisición y a las artes de la brujería.


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