jueves, 30 de junio de 2011

La Sinagoga del Agua, en Úbeda (Jaén)

Un lugar mágico, un descubrimiento único, un viaje en el tiempo.

Un espacio histórico que propone un paseo por las culturas que durante siglos enriquecieron Andalucía.

La Sinagoga abre sus puertas en la esquina de las calles Roque Rojas y Las Parras.

La descubrió el constructor Fernando Crespo cuando pensaba levantar varios apartamentos en el casco histórico de la ciudad. Se dio cuenta enseguida de que aquello que iba surgiendo de la escombrera de tierra no era normal.

Desenterraron, limpiaron y colocaron piedra tras piedra. Consultaron a historiadores y expertos y… ante ellos se desveló posiblemente uno de los templos judaicos más interesantes de España.

Al atravesar la que llaman Puerta del Alma, se siente una pulsación distinta, una energía electromagnética que retuerce las varas de metal usadas por los zahoríes. En su interior, la atmósfera es algo más que mágica.

El agua fluye por canales subterráneos que llenan las bocas anchas de los pozos rituales, situados en las esquinas de la estancia principal. Es un espacio dividido por grandes arcadas, con una galería en la parte superior donde las mujeres sefarditas seguían el ceremonial, semiocultas tras los velos y las celosías.

Un pasadizo subterráneo, erosionado y modelado por la corriente de agua, con caprichosas formas, conduce hasta el corazón de la sinagoga: el Baño Ritual ¡Es la joya de la corona! El magnetismo de esta estancia, a modo de caverna, es aún mayor.

Una pequeña alberca, excavada en su centro, invita a descender hasta el agua que mana en su interior, todo el año, siempre cristalina, y casi siempre al mismo nivel. ¿No es un misterio? Y es que Úbeda no deja de sorprender.





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