sábado, 3 de abril de 2010

Los cernícalos salvadores


Compiten por el mismo espacio. Los cernícalos y las palomas se han acostumbrado a vivir en muros de edificios históricos.

Las palomas se multiplican por las ciudades con apenas límites mientras que las poblaciones de cernícalos han disminuido considerablemente debido a los efectos de los insecticidas y también por la pérdida de sus hábitats naturales, como oquedades de las fachadas de las iglesias o monumentos.

Ahora la Consejería de Medio Ambiente ha apostado por ellos y en contra de sus competidoras. Por numerosas ciudades se han repartido cajas nido que se instalarán en estos inmuebles y en los que sólo, por su reducido tamaño, podrán anidar los cernícalos

Las colonias de cernícalo primilla se expanden por los cascos urbanos. Ocupan preferentemente parroquias, conventos, murallas y castillos. Les gusta la historia y regodearse sobre los restos del pasado. Los expertos, que datan su origen hace miles de años, alaban el valor añadido que suponen para la belleza monumental de las ciudades. La especie está incluida en la categoría de interés especial en los catálogos andaluz y nacional de especies amenazadas.

El plan, además de salvar los cernícalos, sirve para ahuyentar a las dañinas palomas, cuyos ácidos excrementos y su amplia población son la pesadilla de los ayuntamientos. Se ha comprobado que donde haya instalada una colonia de cernícalos de tamaño medio, el número de palomas se reduce.


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