lunes, 24 de agosto de 2009

Pueblos de La Alpujarra


La región de La Alpujarra esconde blancos pueblitos cuyo origen se remonta a los tiempos del reino mozárabe. Con sus casas de piedra y barro escalonadas en las laderas de las montañas, las villas de Capileira, Bubión y Pampaneira son un reducto de tranquilidad extrema.

Gracias a su aislamiento geográfico, los pueblitos de la zona de La Alpujarra son los que mejor mantienen en Andalucía la impronta de la arquitectura árabe que dominó el sur de España por más de 800 años. De hecho son muy parecidos a las aldeas bereberes de la cadena del Monte Atlas en Marruecos, con sinuosas callecitas que suben y bajan al arbitrio de la geografía, y casas arremolinadas que a la distancia parecen un manchón de nieve en la montaña.

A la zona de la Alta Alpujarra se llega por una ruta angosta que no deja nunca de subir y en cierto momento las nubes están muy por debajo del nivel de la ruta, como un techo encantado sobre los pueblitos blancos al borde del abismo.

Recorrer La Alpujarra completa llevaría su tiempo, así que hay que elegir. Son una veintena de villas a lo largo de 80 kilómetros, que empiezan en la provincia de Granada y terminan en Almería. Pero, según el consenso local, los tres imprescindibles son Pampaneira, Bubión y Capileira, casi pegados uno al lado del otro en el Barranco del río Poqueira, sobre los 1400 metros de altura, cerca de los picos nevados.

La impronta morisca tan marcada de estos pueblos se debe a que después de la rendición del califato nazarí de Granada ante los Reyes Católicos, los musulmanes se refugiaron en las alturas de La Alpujarra, donde conservaron su religión, lengua y costumbres. Pero en 1568, la fallida rebelión morisca de Fernando de Córdoba y Valor –o Abén Humeya– generó la expulsión de todos los musulmanes.

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