En tierras de Jaén se desataron tres batallas que cambiaron el rumbo de la historia.
La primera tuvo lugar en el siglo III antes de Cristo, cuando los romanos vencieron a los cartagineses de Aníbal en Baécula, cuya existencia algunos investigadores sitúan en las inmediaciones a Santo Tomé.
La segunda batalla tuvo lugar en 1212 en Navas de Tolosa. Aquel verano los cristianos de Alfonso VIII estrecharon Al-Ándalus al vencer a las legiones almohades del califa Al-Nasir.
La última gran contienda se desató en Bailén en julio de 1808, donde las tropas españolas derrotaron a las francesas.
Las tropas francesas comandadas por el general Dupont abandonan Córdoba después de saquearla y se repliegan en Andújar ante la amenazante noticia de que los españoles están reuniendo un numeroso ejército para incomunicarlos con el mando central. El plan ideado por el general español Francisco Javier Castaños consistió en cortar la retirada del ejército francés y derrotarlo en el campo de batalla.
La contienda tuvo lugar el día 19 de julio. Las tropas leales a Castaños, dirigidas por el mariscal Teodoro Reding, aprisionaron a las legiones francesas obligándolas a presentar batalla. La victoria española tuvo una gran repercusión en Europa. Napoleón había dejado de ser invencible, pese a que poco tiempo después volvió a España con un ejército de 250.000 soldados que invadieron la península, a excepción de la ciudad de Cádiz, que resistió de modo heroico.
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