Hernando de Zafra fue el secretario personal de la reina Isabel de Castilla y uno de los hombres más próximos al rey Fernando en los días de la toma de Granada.
Cuando Isabel y Fernando marcharon de Granada, Hernando de Zafra quedó como uno de los nuevos responsables de la ciudad y fijó su residencia en la Carrera del Darro, frente a la iglesia de San Pedro.
El convento de Santa Catalina es una fundación suya, al igual que la Casa de Castril, engrandecida por sus herederos. La portada plateresca que da a la Carrera es uno de los primeros y más bellos ejemplos del nuevo lenguaje estético que trajeron consigo los conquistadores cristianos.
El conjunto, fechado en 1539, está profusamente decorado. Sobre la clave de la puerta está tallada la torre de Comares, blasón que Isabel y Fernando concedieron a Hernando de Zafra por su intervención en las capitulaciones de Granada.
La Casa de Castril es Monumento Nacional y acoge desde 1919 el Museo Arqueológico de Granada. En aquel año compartió el espacio palaciego con el Museo de Bellas Artes, hasta que los fondos de la pinacoteca fueron trasladados al palacio de Carlos V en 1945. El museo recorre la historia antigua de Granada desde el Paleolítico hasta la dominación musulmana. Sus fondos están considerados entre los más valiosos de España en periodos como el Neolítico o la Edad del Cobre, gracias a los yacimientos del norte de la provincia, en especial los de Orce y Galera.