José Antonio Griñán, el legítimo como le llamaron pero no el legal a la vista de los hechos, puede haber incurrido en una doble traición a la Andalucía que preside.
Por una parte, incumplió a sabiendas un Estatuto de Andalucía que no acepta otro pago de la deuda histórica que las asignaciones presupuestarias extraordinarias y no solares y bienes inmuebles. Por la otra, se ha sabido ahora que ni siquiera conocía cuántos solares y de qué valor efectivo se estaba hablando cuando firmó el acuerdo con el gobierno para saldar la deuda histórica andaluza, impagada a lo largo de casi 30 años.
Por si fuera poco, ha mentido a los andaluces por haber afirmado que la deuda se cobraría en dinero "contante y sonante".
Por una parte, la traición es clara y la ilegalidad manifiesta. No se puede aceptar el pago de dicha deuda -que es como se ha llamado a la compensación económica exigida por Andalucía y aceptada por el Estado en 1982 con el fin de disminuir las desigualdades presentes entonces entre esta región y las más ricas-, en bienes inmuebles como solares o en especie. Se trata de asignaciones presupuestarias extraordinarias. (Por Andalucía Libre)
Por una parte, la traición es clara y la ilegalidad manifiesta. No se puede aceptar el pago de dicha deuda -que es como se ha llamado a la compensación económica exigida por Andalucía y aceptada por el Estado en 1982 con el fin de disminuir las desigualdades presentes entonces entre esta región y las más ricas-, en bienes inmuebles como solares o en especie. Se trata de asignaciones presupuestarias extraordinarias. (Por Andalucía Libre)
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