A este alimento mítico, rodeado de leyendas, se le atribuyen toda clase de propiedades curativas y nutritivas.
En Jerez de la Frontera, en una hacienda conocida como Rancho Cortesano, lo saben bien. Y por eso hace años crearon el Museo de la Miel y la Abeja cuyo objetivo es dar a conocer el fascinante mundo de la apicultura a lo largo de la historia, de los productos de la colmena y del fascinante mundo que rodea a este singular insecto.
El museo es un lugar abierto y de visita gratuita. Sus responsables llevan más de veinte años dedicados a la apicultura. Sus productos han sido merecedores de los premios más importantes que se conceden en España.
Las salas de producción del museo elaboran también miel en panal, conocida también como miel en rama. Es la miel que se halla en la colmena. Es de la variedad de mil flores y se halla dentro de la celdilla de cera fabricada por la abeja. Al comerse masticada se favorece la fortaleza de las encías y estimula los bronquios.
La miel se prepara también con frutos secos o en forma de meloja, un postre tradicional elaborado con miel, cidra o calabaza y especias. Los apicultores del Museo de la Miel y la Abeja subrayan además los beneficios de la jalea real, un producto denso, de sabor ácido picante, elaborado a partir del néctar y el polen, recogido y masticado por las abejas obreras y segregado por las glándulas faríngeas para alimentar a la abeja reina.
Los efectos de la jalea real sobre el organismo humano han sido estudiados desde el principio de los tiempos. Si la miel es beneficiosa la jalea multiplica su efecto.
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