Fue en estas tierras cordobesas donde Boabdil cayó. Al último rey de Granada, «el de llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre», le sorprendieron los cristianos en lo que ahora sería el término municipal de Lucena y allí, en su castillo, acabó preso una buena temporada.
La Ruta el Vino Montilla-Moriles discurre por ocho pueblos de la zona (Fernán Núñez, Montemayor, La Rambla, Montilla, Aguilar de la Frontera, Moriles, Puente Genil y Lucena) más Córdoba capital.
Antes de iniciar la ruta, varias acotaciones. La primera: el suelo (ondulado, con apenas minerales y un aspecto blanquecino), el clima (con veranos cálidos y secos e inviernos cortos) y la uva, la de Pedro Ximénez, única en el mundo (aunque dicen que en Argentina han logrado algo parecido), son los ingredientes que hacen de la campiña cordobesa un lugar inimitable para dar a luz cinco tipos de vinos: finos, amontillados, olorosos, jóvenes y Pedro Ximénez.
El sistema de envejecimiento que se utiliza es el de criaderas y soleras: se va sacando parte del contenido de cada barrica (en Córdoba, bota) para rellenar las otras. Suele haber tres alturas (criaderas), de forma que la más baja (solera) se rellena con los vinos de la primera criadera; ésta con la segunda y así sucesivamente.
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