sábado, 14 de noviembre de 2009

España, un cero en educación y buenos modales


El respeto y la cortesía en desuso

Nadie se levantó de su asiento. Cuando el abuelo entró en el vagón del metro llevando en brazos un niño de pocos meses de edad, nadie hizo ademán de cederle el sitio. Había chicos y chicas jóvenes, pero también personas de mediana edad, que fijaban la vista en el libro que llevaban entre las manos, que escuchaban música mirando al techo o que se hacían los despistados.

Finalmente, un hombre de unos 50 años, que portaba varias bolsas, les ofreció su asiento. Y lo hizo recriminando en voz alta la actitud de quienes viajaban con él. ¿Cómo era posible que, siendo de las personas de mayor edad que viajaba en el vagón y estando cargado con bolsas, hubiera tenido que ser él quien se levantase? ¿Por qué nadie más tuvo la educación de hacerlo?

Se trata de una anécdota real que se repite con cierta frecuencia en nuestra sociedad, donde los comportamientos corteses y la atención para con los demás no son ya la regla sino la excepción.

No hay comentarios: