Hace unos años la bandera de la deuda histórica la enarboló airadamente el PSOE contra el PP cuando gobernaba este en Madrid.
La llegada de Zapatero al poder significó la anestesia controlada y el pase al segundo plano de la reivindicación, así como el cese de los gritos histéricos de los parlamentarios y los altos cargos socialistas.
Ya no había nada que reclamar y si lo había ya decidirían ellos en los despachos por todos los andaluces, en nombre de todos los andaluces. Ayer, la Ministra Salgado indicó que el pago pendiente de la deuda histórica, unos 784 millones de euros, podrá saldarse por la transmisión, por parte del Estado, de la propiedad de los bienes y derechos de titularidad pública que se acuerde entre el Estado y la Junta de Andalucía.
Un desangelado presidente Griñán, desde Marruecos, ya ha acatado y se ha sometido a la orden del Gobierno de Madrid – la voz de su amo- y ha indicado en su periplo por Marruecos que la posibilidad de que Andalucía cobre el resto de la deuda histórica en bienes y servicios se ajusta a la legalidad vigente. (Por Andalucía Libre)
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