Quesada es uno de los pueblos más bellos e históricos del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Su caserío se arracima en torno a un cerro dominante, donde las calles y plazoletas presentan la fisonomía curva y abigarrada del medioevo. Rafael Zabaleta fue su gran pintor y el museo que acoge su obra una visita irrenunciable.
Quesada, capital de la pintura de la provincia de Jaén. Y es que la pequeña localidad serrana, situada al sur del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas acoge el Museo Zabaleta, donde se reúne la mayor parte de la obra de un pintor lleno de autenticidad y verdad artística. Rafael Zabaleta nació en Quesada en 1907 y murió en su misma localidad natal el 24 de junio de 1960. Para entonces, este artista había dejado sobre tela una obra poblada por la calidez, el color y el respeto por la naturaleza y la ruralidad.
Uno de los rincones más típicos es la calle sin salida. Próximo a este lugar abre sus puertas el Museo Zabaleta, que custodia los cuadros del gran pintor quesadeño en unas instalaciones provisionales que con el tiempo se convertirán en museo etnográfico. Las calles altas del barrio viejo conducen hasta la plaza donde se alza la iglesia de San Pedro y San Pablo, un templo del siglo XVIII de planta de cruz latina. El exterior está muy reformado, aunque la portada principal aún guarda forma adintelada de ladrillo y base de cantería. Por dentro, el templo está repartido en tres naves, la central más alta y ancha, comunicada con las interiores mediante arcos que descansan en pilastras de orden toscano. El altar mayor y las capillas del templo guardan imágenes de cierta evocación barroca.
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