lunes, 24 de mayo de 2010

Tras los pasos del Guadalquivir, en Jaén


El río Guadalquivir nace en mitad de un roquedal, en un manantial que brota entre umbrías y sombras y que los lugareños conocen como la Cañada de las Fuentes.

Pronto, al primer regato de agua se suman otros que proceden de veneros próximos, de barrancos empinados y valles cerrados en cuyas márgenes crecen pinos laricios y negros. Las aguas comienzan a tomar categoría de arroyo cauce abajo hasta que once kilómetros más abajo el Guadalquivir ya es un pequeño río de aguas limpias y cristalinas.

Sobre el puente de las Herrerías, que salva las dos orillas del río, existe una leyenda que asegura que fue construido en una sola noche para que la reina Isabel la Católica pudiera pasar por él, camino de la conquista de Granada. Hoy el puente de las Herrerías, además de un lugar emblemático en el paisaje alto de la Sierra de Cazorla, es un punto de encuentro para senderistas y deportistas. A su lado hay un área recreativa, muy frecuentada en meses de primavera y verano por familias atraídas por las piscinas naturales que forman las aguas del río mayor de Andalucía.

Cerrada del Utrero

El río cicatriza la sierra de Cazorla y forma caprichosas figuras geológicas a su paso por la Cerrada del Utrero. Las paredes rocosas de este paraje constituyen el punto de inicio de una de las rutas de senderismo más bellas y apreciadas de la sierra jienense. El itinerario parte a pocos kilómetros del puente de las Herrerías cauce abajo, en el lugar conocido como Vadillo Castril. Existe un pequeño aparcamiento para estacionar el vehículo y un conjunto de paneles explicativos que informan al caminante de las características del sendero y de las riquezas paisajísticas y botánicas que encontrará a su paso.

En el Empalme del Valle, un cruce de caminos, el caminante se ve obligado a optar por varias rutas. Una de ellas conduce hasta los Campos de Hernán Perea, un extenso y vasto altiplano limítrofe con la provincia de Granada donde perderse es muy fácil si no se conocen los caminos que lo atraviesan. Otra opción es subir hasta el puerto de las Palomas para después descender en dirección a la pintoresca localidad de Cazorla. Y una tercera: Bajar hacia el valle río abajo hasta hallar las colas del pantano del Tranco. Quedémonos con esta última.

La carretera del Empalme conduce hasta arroyo Frío donde se localiza la mayor parte de la infraestructura turística del parque. A seis kilómetros de esta pedanía se halla el aula de la naturaleza de El Cantalar. Más abajo abre sus puertas el Centro de Interpretación de la Torre del Vinagre, la institución más importante del parque natural más extenso de España donde se informa acerca de las riquezas geológicas, botánicas y cinegéticas de las tres sierras que constituyen el parque.

Al lado se localiza el centro de interpretación fluvial del río Borosa que muestra la importancia del agua en estas sierras a través de acuarios donde colean las especies que viven en los ríos y embalses. Uno de los paisajes más bellos de estas sierras se halla al lado del centro. Se trata del arroyo de las Truchas que tributa sus aguas al Borosa antes de que este ceda finalmente las suyas al Guadalquivir. Coto-Ríos es un poblado de colonización, dependiente del municipio de Santiago-Pontones. La Sierra de Cazorla ha quedado atrás y el viajero se adentra ahora en territorio segureño. (El Mundo)


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