Ayer en la concentración de SOMA-UGT en Rodiezmo, entre aplausos del máximo dirigente de UGT, el presidente del gobierno hacía de sindicalista nacional.
Muchos sentimos unas poderosas nauseas de que el presidente del gobierno se envuelva de falso sindicalista para proclamar su adhesión a la clase trabajadora, cuando él es el responsable directo de que haya 4 millones de parados en el solar nacional.
Pero lo que más nos duele es la imagen de apoyo incondicional a estos pseudosindicalistas que solo quieren usar las siglas para llegar al gobierno, y mantenerse en él a toda costa usando todos los medios a su alcance.
Cuando un sindicato está incondicionalmente al lado del gobierno significa que se está descaradamente al lado de la mayor patronal. Y esto es muy peligroso para los trabajadores y trabajadoras, porque la acción sindical desaparece y se termina por empeorar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadores y dejar un reguero de parados repartidos por todo el país.
Cuando un sindicato no mira por los intereses de los trabajadores y trabajadoras es que algo mal está haciendo la sociedad en su conjunto. (Por Andalucía Libre)
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