Tiene Andalucía mil y un rincones en los que aislarse. Uno de ellos es Almodóvar del Río.
Una vista a este pueblo, situado a veintidós kilómetros de la capital cordobesa, permite paladear la Sierra de Hornachuelos y trepar hasta su castillo.
Siguiendo la estela del río Guadalquivir y tras dejar la vieja capital omeya aparece curso abajo y entre sus meandros la imponente presencia de un castillo elevado en una loma dominando una ciudad blanca.
Es Almodóvar del Río, una población que entre el río y el cerro ha desarrollado toda su historia simbólica de frontera entre la campiña y la sierra. Su fortaleza tiene sus antecedentes en la época prerromana, aunque lo cierto es que su historia procede en su mayor parte de la dominación musulmana.
Fue bautizado por los árabes como el Redondo (al-Mudawwar) cogiendo para ello el nombre del cerro sobre el que se asienta. Prisión de personajes ilustres, fue una edificación defensiva de primer orden.
Remodelado en el siglo XIV y tiempo después en el XX posee una planta rectangular protegida por ocho torres que unen sus murallas almenadas. Cubierta con una cúpula octogonal, sobresale la Torre del Homenaje. Sus dependencias neogóticas fueron incluidas a principios del siglo XX. El castillo es propiedad del marqués de la Motilla, pero puede ser visitado. (El Mundo)
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