Guadix, con su rico patrimonio artístico y sus barrios de casas-cueva, es un buen punto de partida para visitar la comarca granadina de El Marquesado del Zenete.
Aquí se dan manifestaciones arquitectónicas como el castillo de La Calahorra o una concentración de dólmenes. Tiene esta zona como abrigo la ladera norte de Sierra Nevada y combina su interés paisajístico con pequeños pueblos blancos llenos de peculiaridades.
Como, por ejemplo, Alquife y sus conocidas minas a cielo abierto, Jerez del Marquesado en la cabecera del río Verde, Ferreira, rica en yacimientos de hierro o Lenteira con restos de dos fortalezas y un aljibe árabes, además de la iglesia de Santa María de la Anunciación.
Quizá la vista más impresionante del paso de la historia en esta comarca sea el castillo de La Calahorra, que está declarado como Monumento Histórico-Artístico Nacional. La mole de esta construcción sobre una árida colina se comenzó a edificar en estilo plateresco en 1509.
La novedad que incorporó a su época de construcción fue la existencia de un palacio renacentista. Servía para coronar la antigua capital del señorío del marqués del Zenete, Rodrigo de Mendoza y ahora marca el camino que se puede seguir para alcanzar el Puerto de la Ragua.
También el Marquesado es el hogar de la mayor concentración de dólmenes megalíticos de la Península Ibérica, situados junto a un impresionante desfiladero. Los dólmenes son edificaciones funerarias construidas con piedras de gran tamaño y la primera manifestación arquitectónica de la humanidad.
En el término municipal de Gorafe, hay unos dos centenares de enterramientos de diferentes tipos.
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