Cádiz es la única capital andaluza que no tiene plaza de toros, aunque sí numerosos aficionados a la Fiesta Nacional.
Tampoco cuenta con ninguna bodega, a pesar de estar en una zona como es el Marco de Jerez, donde el vino es uno de sus iconos y disfruta de fama internacional.
Estas dos carencias no han sido obstáculo para que el Museo de Vinos y Toros abra sus puertas en la céntrica calle Feduchy lleno de curiosidades.
El principal objetivo del Museo de Vinos y Toros de Cádiz es difundir la cultura de los vinos y brandies de Jerez con Denominación de Origen Protegida, mediante el disfrute y el aprendizaje.
A través de una visita guiada en español o inglés, el visitante puede conocer los tipos de vinos de Jerez, su elaboración, cuáles son las características que los diferencian, para así acercarse a su historia que se remonta a la época de los fenicios cuando trajeron la denominada Vitis Vinifera. La visita incluye una cata degustación de los diferentes tipos de Jerez.
El museo cuenta con una zona expositiva que alberga una colección de más de mil botellines antiguos de vino de Jerez procedentes de diferentes bodegas, botellas firmadas por personajes conocidos, aperos de labranza, venencias antiguas, botellas de vino encontradas en el mar, estampaciones publicitarias de bodegas, piedra litográfica y un largo etcétera que nos transportará a principios del siglo XX.
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