domingo, 4 de julio de 2010

Un castillo en la punta de España


Pocos castillos pueden presumir de tener una fecha de nacimiento. El Castillo de Guzmán el Bueno de Tarifa la tiene.

Su natalidad está escrita en piedra de mármol con caracteres árabes. La fortaleza quedó concluida en el mes de safar del año 394 de la Hégira, es decir, en el mes de abril de 960.

Su promotor fue el califa Abderramán III, el impulsor de la mezquita cordobesa y la ciudad palatina de Medina Azahara. Sus mil y pico años de edad hacen de la fortaleza tarifeña una de las más antiguas de Europa.

En manos árabes permaneció durante cuatro siglos. En agosto de 1292 los ejércitos del rey Sancho IV El Bravo toman la fortaleza. Dos años después se produce el acontecimiento que hace de Tarifa un lugar de incuestionable referencia histórica.

El castillo de Tarifa controló durante más de mil años esa bulliciosa y agitada calle de agua que es el Estrecho de Gibraltar. Encaramado en una meseta rocosa de poca altura sus torreones tienen frente a sí la isla de las Palomas, y al otro lado del estrecho la costa africana.

El castillo más meridional de Europa no se construyó como palacio, sino como fortaleza militar. Sus alcaides experimentaron con los más sofisticados ingenios y aparatos de guerra. En su interior se conserva una réplica de un manganel, un extraño artilugio parecido a una catapulta que en jornadas de batalla arrojaba bolaños de hasta 150 kilos de peso. (El Mundo)


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