Todo viajero que llega hasta Úbeda se hace siempre la misma pregunta: ¿Dónde quedan los cerros?
Los guías que acompañan a los visitantes a una de las ciudades más monumentales de España tienen preparado desde hace años una respuesta a ese insistente interrogante.
De cara al valle del Guadalquivir, entre lomas de olivos y serrezuelas que se encrespan hasta la cordillera montañosa de Mágina, los guías de la ciudad espetan a sus atónitos acompañantes: «Ante ustedes, los famosos cerros».
Úbeda es junto a su hermana y vecina Baeza ciudades Patrimonio de la Humanidad y dueñas de uno de los más esclarecedores patrimonios renacentistas de España.
El escritor Antonio Muñoz Molina, que nació en el ubetense barrio de San Lorenzo, llevó a su novela 'El jinete polaco' muchas de las leyendas que a modo de romances medievales inundan la literatura oral de esta ciudad.
Bien con este libro bajo el brazo o con tan sólo el instinto de un viajero vagabundo y despistado, Úbeda acabará enamorando a todos cuanto la pisen.
En realidad, los cerros quedan por todos los lados, pero son más bellos desde la Redonda de Miradores, que es un dulce y espigado paseo que se esparce a un lado de la ciudad monumental, a un centenar de metros de la plaza Vázquez de Molina, resumen estético e histórico de la ciudad patrimonial. (El Mundo)
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