Medina Azahara está situada a ocho kilómetros al oeste del centro de Córdoba.
Su fundación obligó a establecer una compleja red viaria que la comunicara con la capital de Al-Ándalus y con las otras grandes ciudades del califato. El camino de los Nogales constituía la arteria principal de la ciudad. Su trazado discurría en sentido este-oeste al pie de la sierra.
Por él se abastecía la ciudad de alimentos y materiales de construcción. Este camino termina en la puerta Norte, el principal acceso en la actualidad para los visitantes al conjunto arqueológico.
Por el contrario, las embajadas accedían a Medina Azahara por el camino de los Almunias, que partía de Córdoba por las márgenes del río Guadalquivir y penetraba en la ciudad palatina por la muralla sur.
El acueducto de Valdepuentes, construido en época del emperador romano Augusto, abastecía de agua el conjunto áulico. Su trazado parte del arroyo de Bejarano y corre paralelo junto a un puente califal de tres arcos que salva el profundo cauce del arroyo de Valdepuentes.
De la cantera de Santa Ana de la Albaida fue extraída la piedra empleada en buena parte de los edificios erigidos en el interior del alcázar, la mezquita y la medina.
El perímetro amurallado de Medina Azahara dibuja un rectángulo de 1.500 metros en sentido este-oeste y 750 metros desde las faldas de la sierra hasta las orillas del río Guadalquivir. Las tareas arqueológicas son lentas y minuciosas. Habrá que esperar varias generaciones para poner a la luz la totalidad de la ciudad encerrada. (El Mundo)
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