Defender la energía eólica y evitar los peligros que los aerogeneradores suponen para especies como el buitre leonado.
Esta aparente contradicción ha sido una de las conclusiones a las que ha llegado la Fundación Migres en las jornadas sobre vigilancia ambiental que se han celebrado en la localidad gaditana de Tarifa, un punto clave para los dos sectores por la gran cantidad de aerogeneradores existentes y por el incremento de la población de buitres que se ha constatado en los últimos tiempos.
Y es que la más común de las rapaces carroñeras de toda la Península Ibérica ha crecido en las últimas tres décadas, especialmente en la zona de La Bahía, donde se contabilizan unas 20.000 parejas. Sin embargo, en dicho entorno se han detectado en los últimos tiempos causas de mortalidad no naturales, entre las que se encuentran los parques eólicos como el tarifeño.
Por ello, Migres trabaja con los vigilantes de dichos entornos para evitar, en la medida de lo posible, el incremento en el número de accidentes. La iniciativa, pionera en España, abordó temas como la parada selectiva de los molinos cuando se detecten situaciones de riesgo para el buitre, reforzar la vigilancia en épocas concretas -desde agosto hasta noviembre- o la eliminación del carroña.
De momento, los resultados están siendo positivos, puesto que Migres ha conseguido reducir la mortalidad de la especie en un 50% durante las migraciones de los miles de buitres que realizan sus migraciones a África. Concretamente, en 2007 fallecieron por dicha causa 43 animales, mientras que en los dos últimos años se ha bajado hasta 24 y 23, respectivamente.
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