Aunque el paisaje habitual que suele ofrecer Almería es el de la tierra ocre y pelada, no por ello carece esta provincia de zonas boscosas y frondosas.
Al norte y lindando con la región murciana se extienden cerca de veintitrés mil hectáreas alfombradas por la verde espesura de pinos, encinas y quejigos, que surgen en medio de la aridez circundante como una isla llena de vida.
Se trata del Parque Natural Sierra María-Los Vélez. Este parque se extiende entre los términos municipales de María, Chirivel, Vélez Blanco y Vélez Rubio.
Para aquellos caminantes que tienen de Almería la imagen clásica, la foto fija de una tierra desértica, ávida de agua y pétrea, les invitamos a conocer la villa de María. Sorprenderá, seguro.
María es, de entrada, una población doblemente blanca, por su cuidado caserío y por el paisaje que durante muchos meses la rodea, la nieve.
María es un pueblo de paisajes suaves, rodeado de densos pinares y rico en aguas limpias y rodeado de picos de que alcanzan los dos mil metros de altura. María es una villa de largas calles rectas donde el caminante puede disfrutar de su parroquia mudéjar, de elegantes casas palacio como la de La Tercia o el llamado mesón del Marqués.
En sus calles se alzan interesantes restaurantes donde degustar una cocina recia, consecuencia de su riqueza ganadera. (El Mundo)
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