Ha sido declarada Monumento Natural la Cueva de Ambrosio, en Vélez-Blanco (Almería). En total son ya 38 los enclaves y elementos singulares de la naturaleza dotados de este régimen especial de protección en la comunidad autónoma.
La Cueva de Ambrosio fue utilizada como refugio de los antiguos pobladores de esta comarca, algunos de ellos con pinturas del arte levantino. Este enclave lo constituye un abrigo que se abre sobre el borde de un precipicio de 100 metros de altura en la cabecera del arroyo del Moral.
Este enclave natural fue frecuentado por los grupos de cazadores pelolíticos desde comienzos del Paleolítico Superior y sobre todo en el periodo Solutrense. Esta cueva no constituyó un lugar de habitación permanente sino que fue utilizada como campamento estacional dedicado a una función específica: recogida y talla de sílex y otras rocas existentes en los alrededores. El abrigo fue utilizado por el hombre del Paleolítico como taller de reparación de herramientas de sus incursiones de caza, desde sus asentamientos a orillas del mediterráneo. En el suelo de la cueva quedaron los restos de talla, restos de comida y los hogares que utilizaron tanto para cocinar los alimentos como para la talla útiles.
En la actualidad, en la provincia de Almería hay cinco monumentos naturales: la Isla de Terreros e Isla Negra, en Pulpí; la Sabina Albar, en Chirivel; el arrecife Barrera de Posidonia, en Roquetas de Mar; la Isla de San Andrés, en Carboneras y Piedra Lobera, en Lúcar.
En la actualidad, en la provincia de Almería hay cinco monumentos naturales: la Isla de Terreros e Isla Negra, en Pulpí; la Sabina Albar, en Chirivel; el arrecife Barrera de Posidonia, en Roquetas de Mar; la Isla de San Andrés, en Carboneras y Piedra Lobera, en Lúcar.
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