lunes, 28 de enero de 2013

La Alpujarra. Granada

Sus pueblos son copos de nieve recostados sobre valles pedregosos y pronunciados. 

Todos ellos conservan lo mejor de la arquitectura tradicional andaluza. Son joyas para visitar. 

Se diría que por ellos no ha pasado el tiempo, y que sus casas, sus calles y sus plazas son las mismas que abandonaron los moriscos a principios del siglo XVII. 

El barranco del Poqueira lo forman tres municipios que dibujan una estampa escalonada por mitad de la pendiente. El más bajo es Pampaneira que tiene a la entrada unos azulejos artísticos que dicen: «Viajero, quédate a vivir con nosotros». 

Después de la bienvenida la carretera serpentea hasta coronar Bubión, y kilómetros arriba Capileira. 

Estos días las chimeneas escupen su humo blanco, entre las dos piedras pizarrosas que a modo de lajas coronan los conos blancos. 

La nieve ha llegado a las puertas de Capileira y los senderos se han desdibujado bajo el manto por el que solo se internan los montañistas que conocen bien el extenso circo situado a los pies de los picos Veleta y Mulhacén.

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