Es éste uno de los cuatro parques naturales que atesora Jaén. El más singular, el más extraño, el más insólito.
Sus montañas, las más altas de toda la provincia, otean hacia el norte el Valle del Guadalquivir y, al fondo, los cerros de Sierra Morena.
A Mágina asoma un conjunto de pueblos que guardan lo mejor de la arquitectura tradicional de la Alta Andalucía. Torres es uno de ellos.
Recostado a los pies del monte Aznaitín, el pueblo esconde en su interior un conjunto de monumentos de gran valor artístico y un puñado de calles y plazas de acusado tipismo. La Rambla de San Gil divide en dos el caserío, los barrios bajo y alto.
Torres aporta lo mejor de su término municipal al Parque Natural de Sierra Mágina.
Uno de los parajes más atractivos de la localidad es la Fuenmayor, un área donde derivan veneros de agua encauzados en un aterrazado sistema de cascadas y una laguna rectangular.
Sus montañas, las más altas de toda la provincia, otean hacia el norte el Valle del Guadalquivir y, al fondo, los cerros de Sierra Morena.
A Mágina asoma un conjunto de pueblos que guardan lo mejor de la arquitectura tradicional de la Alta Andalucía. Torres es uno de ellos.
Recostado a los pies del monte Aznaitín, el pueblo esconde en su interior un conjunto de monumentos de gran valor artístico y un puñado de calles y plazas de acusado tipismo. La Rambla de San Gil divide en dos el caserío, los barrios bajo y alto.
Torres aporta lo mejor de su término municipal al Parque Natural de Sierra Mágina.
Uno de los parajes más atractivos de la localidad es la Fuenmayor, un área donde derivan veneros de agua encauzados en un aterrazado sistema de cascadas y una laguna rectangular.
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