Priego de Córdoba es dueña del más valioso patrimonio barroco del sur español.
A lo largo del siglo XVIII acaudaladas familias convirtieron esta ciudad situada a las faldas de la Sierra Subbética en un emporio patrimonial.
La riqueza del comercio de los tejidos y las sedas se tradujo en un deslumbrante catálogo monumental de casonas, mansiones y palacios, cuyos dueños promovieron también la construcción de iglesias, conventos y plazas.
Algunas de las mejores muestras del barroco cordobés toman asiento a un lado y otro de la calle Río, que nace en un costado de la plaza de Andalucía, donde abre sus puertas el ayuntamiento.
Las casonas exhiben recias forjas y altas puertas, y en sus interiores están dispuestas en torno a patios con suelos de barro, pozos y limoneros.
Los viajeros románticos que visitaron Priego a lo largo del siglo XIX no tuvieron empacho en considerarla capital del barroco andaluz.
A lo largo del siglo XVIII acaudaladas familias convirtieron esta ciudad situada a las faldas de la Sierra Subbética en un emporio patrimonial.
La riqueza del comercio de los tejidos y las sedas se tradujo en un deslumbrante catálogo monumental de casonas, mansiones y palacios, cuyos dueños promovieron también la construcción de iglesias, conventos y plazas.
Algunas de las mejores muestras del barroco cordobés toman asiento a un lado y otro de la calle Río, que nace en un costado de la plaza de Andalucía, donde abre sus puertas el ayuntamiento.
Las casonas exhiben recias forjas y altas puertas, y en sus interiores están dispuestas en torno a patios con suelos de barro, pozos y limoneros.
Los viajeros románticos que visitaron Priego a lo largo del siglo XIX no tuvieron empacho en considerarla capital del barroco andaluz.
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