lunes, 12 de septiembre de 2011

Patrullas de perros cazadores de veneno


Para salvar la fauna, la flora y las aguas. Las Sierras de Castril y Cazorla, primeros lugar de aplicación.

Un cebo envenenado, una práctica muy extendida pero ilegal, apesta. A lo mejor una nariz humana no es consciente, pero un hocico canino sí.

Un ganadero lanza carne con veneno al bosque intentando acabar con los depredadores por la vía rápida, y ésta acaba en el estómago del animal que no es, incluso en una especie amenazada.

Eliminar el veneno de la cadena alimentaria es prioritario, y ¿qué mejor que enviar un perro entrenado a 'cazarlo'?

El uso de perros es mucho más complejo de lo que parece. Además del adiestrador, al animal lo acompañan técnicos de Medio Ambiente que deberán retirar la pieza envenenada y del servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil para dar fe de la intervención.

Aún más, el perro está entrenado para morder a cualquiera que intente tocar la pieza que él identifica como envenenada –sea un cebo o un animal muerto– antes de que su adiestrador le dé la señal.




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